SES MARGALIDES

La ruta empieza en el bosque ibicenco, llegando hasta un espectacular mirador donde podremos observar la cala y sus aguas cristalinas desde arriba. En ese punto, parece ser inaccesible, pero pronto nos daremos cuenta de que podemos llegar.

Los antiguos pescadores se las ingeniaron para montar una escalera de madera y tras unos zig-zags a lo largo del torrente instalaron cuerdas para poder contemplar esta cala de cantos rodados y color esmeralda.

Una vez abajo, podremos disfrutar de un baño entre acantilados y nos relajaremos para preparar la subida.